A Palavra Revelada
Um bom dia cheio da
benção do nosso Deus. Hoje trazemos o Capitulo 10 do Livro de Éxodo e é como
muitos já o sabem, uma postagem especial que o Senhor nos tem permitido colocar
neste espaço, a Biblia em Espanhol, visto que é para o bem daqueles que desejam
um melhor esclarecimento sobre diversos temas que ao passo de meses e anos,
veem sendo adulterados com tantas atualizações Bíblicas, que, através das
quais, o inimigo vem aproveitando para tirar razão e a veracidade das verdades
e desejos reais do Senhor para o seu Povo. Há que ter em conta as pessoas e os
meios usados para tais trabalhos, há que ver baixo qual preceito e ordem estão
realizando tantas atualizações à Biblia.
Que a Paz do Senhor
os conforte todo o Tempo e que nunca esqueçáis de Orar e Vigiar sempre em todo
o momento. Nosso desejo é que esta versão da Biblia seja de grande ajuda e
esclarecimento a muitas questões e dúvidas de muitos.
Escrita de forma
simples ao alcance de todos, do mais erudito ao mais simples, todos sereis
capazes de a compreender, apesar de estar em uma língua de outra nação, sabemos
que já são muitos os que estudam hoje o Castellano (Espanhol).
Sim, é que o
principal tema de todos os textos estão explícitos, ou seja, claríssimos.
Temas de
conflitividades para os quais os novos Pastores não têm respostas, tudo está
mais claro nesta versão.
Vamos ao texto
Biblico?
Assim diz o Senhor:
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La Biblia de Estudio
DIOS HABLA
HOY
Éxodo 10 - 11 - 12 - 13 - 14 - 15 - 16 - 17 - 18 - 19 - 20 - 21 - 22 - 23 -
24 - 25 - 26 - 27 - 28 - 29 - 30 - 31 - 32 - 33 - 34 - 35 - 36 - 37 - 38 - 39 -
40
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Éxodo
10
Dios Habla Hoy (DHH)
La plaga de langostas
10 El Señor le dijo a Moisés:
—Ve a ver al faraón, pues yo he hecho que él y sus
funcionarios se pongan tercos para mostrarles las grandes maravillas que yo
puedo hacer, 2 y para que tú les cuentes a tus hijos y nietos la
forma en que me burlé de los egipcios, y las grandes maravillas que hice entre
ellos. Así sabrán ustedes que yo soy el Señor.
3 Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, y le dijeron:
—Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “¿Hasta
cuándo te negarás a humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me
adore; 4 porque si te sigues oponiendo a dejarlo ir, mañana haré que
vengan langostas sobre tu país, 5 las cuales cubrirán la tierra en
tal cantidad que no se podrá ver el suelo. Se comerán lo poco que haya quedado
después del granizo, y se comerán también todos los árboles del campo. 6 Llenarán
tus palacios, y las casas de tus funcionarios, y las casas de todos los
egipcios. ¡Será algo como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde sus días
hasta los nuestros!”
Al terminar de hablar, Moisés dio media vuelta y salió
del palacio del faraón. 7 Entonces los funcionarios del faraón
dijeron:
—¿Hasta cuándo nos va a causar problemas este hombre?
Deje Su Majestad que esa gente vaya a adorar a su Dios, el Señor. ¿Todavía no
se da cuenta Su Majestad de que Egipto está arruinado?
8 El faraón mandó llamar otra vez a Moisés y Aarón, y
les dijo:
—Vayan a adorar al Señor su Dios. Pero antes díganme
quiénes van a ir.
9 Moisés contestó:
—Tenemos que ir con nuestros niños y ancianos, hijos e
hijas, y con nuestras ovejas y vacas, pues para nosotros es una gran fiesta del
Señor.
10 Pero el faraón les dijo:
—¡Claramente se ven sus malas intenciones! ¿Y ustedes
creen que el Señor los va a acompañar, y que voy a dejar que ustedes y sus
niños se vayan? 11 Pues no va a ser así. Vayan ustedes, los hombres
adultos, a adorar al Señor, ya que eso es lo que quieren.
Y el faraón ordenó que los echaran de su presencia. 12
Pero el Señor le dijo a Moisés:
—Extiende tu brazo sobre Egipto, para que vengan las
langostas y acaben con todas las plantas del país y con todo lo que quedó
después del granizo.
13 Moisés extendió su brazo sobre Egipto, y el Señor hizo
venir un viento del este que sopló sobre el país todo el día y toda la noche.
Al día siguiente, el viento del este había traído las langostas, 14 las
cuales invadieron todo el país. Nunca antes hubo, ni habrá después, tantas
langostas como en aquel día, 15 pues cubrieron la tierra en tal
cantidad que no se podía ver el suelo, y se comieron todas las plantas y toda
la fruta que había quedado en los árboles después del granizo. No quedó nada
verde en ningún lugar de Egipto: ni en el campo ni en los árboles.
16 El faraón mandó llamar inmediatamente a Moisés y
Aarón, y les dijo:
—He pecado contra el Señor su Dios, y contra ustedes, 17
pero les ruego que tan sólo esta vez perdonen mi pecado, y que oren por
mí al Señor su Dios, para que por lo menos aleje de mí esta plaga mortal.
18 En cuanto Moisés salió del palacio del faraón, oró al
Señor. 19 Entonces el Señor cambió el rumbo del viento, y lo
convirtió en un fuerte viento del oeste que se llevó las langostas y las echó
en el Mar Rojo. No quedó en todo Egipto una sola langosta. 20 Pero
el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y que no dejara ir a los
israelitas.
La plaga de la oscuridad
21 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Extiende tu brazo hacia el cielo, para que en todo
Egipto haya una oscuridad tan espesa que hasta se pueda tocar.
22 Moisés levantó su brazo hacia el cielo y hubo una
oscuridad tan grande en todo Egipto 23 que, durante tres días, nadie
podía ver a su vecino ni moverse de su lugar. En cambio, en todas las casas de
los israelitas había luz.
24 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés, y le dijo:
—Vayan a adorar al Señor, y llévense también a sus
hijos; pero dejen aquí sus ovejas y sus vacas.
25 Pero Moisés contestó:
—Al contrario, tú mismo nos vas a dar los animales que
vamos a sacrificar y quemar en honor del Señor nuestro Dios. 26 Además,
nuestros ganados irán con nosotros. Ni un solo animal debe quedarse, porque
tenemos que escoger algunos de ellos para rendir culto al Señor. Mientras no
lleguemos allá, no sabremos qué vamos a necesitar para adorar al Señor.
27 Pero el Señor hizo que el faraón se pusiera terco y
que no los dejara ir. 28 Además el faraón le dijo a Moisés:
—Vete de aquí, y cuídate bien de no venir a verme otra
vez, porque el día que vuelvas a presentarte ante mí, morirás.
29 Y Moisés contestó:
—Bien dicho. No volveré a verte.
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1996 byUnitedBibleSocieties
MARANATA