A todos, um dia muito agradável e cheio do consolo e alento da parte do nosso Deus os desejamos. Este é o Capitulo 33 do Livro de Gênesis e é como muitos já o sabem, uma postagem especial que o Senhor nos tem permitido colocar neste espaço, visto que é para o bem daqueles que desejam um melhor esclarecimento sobre diversos temas que ao passo de meses e anos, veem sendo adulterados com tantas atualizações Bíblicas, que, através das quais, o inimigo vem aproveitando para tirar razão e a veracidade das verdades e desejos reais do Senhor para o seu Povo. Há que ter em conta as pessoas e os meios usados para tais trabalhos, há que ver baixo qual preceito e ordem estão realizando tantas atualizações à Biblia.
Que a Paz do Senhor os conforte todo o Tempo e que nunca esqueçáis de Orar e Vigiar sempre em todo o momento. Nosso desejo é que esta versão da Biblia seja de grande ajuda e esclarecimento a muitas questões e dúvidas de muitos.
Escrita de forma simples ao alcance de todos, do mais erudito ao mais simples, todos sereis capazes de a compreender, apesar de estar em uma língua de outra nação, sabemos que já são muitos os que estudam hoje o Castellano (Espanhol).
Sim, é que o principal tema de todos os textos estão explícitos, ou seja, claríssimos.
Temas de conflitividades para os quais os novos Pastores não têm respostas, tudo está mais claro nesta versão.
Vamos ao texto Biblico?
Jacob y Esaú se reconcilian
33 Cuando Jacob vio que Esaú venía acompañado de cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía, Raquel y las dos esclavas. 2 Colocó primero a las esclavas con sus hijos, luego a Lía con sus hijos, y por último a Raquel y José. 3 Luego se adelantó a ellos, y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente siete veces, hasta que estuvo cerca de su hermano. 4 Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Los dos lloraron. 5 Después Esaú se fijó en las mujeres y en los niños, y preguntó:
—Y éstos, ¿quiénes son?
—Son los hijos que Dios le ha dado a tu servidor —dijo Jacob.
6 Entonces las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente; 7 luego se acercaron Lía y sus hijos, y se inclinaron de la misma manera, y por último se acercaron José y Raquel, y también se inclinaron. 8 De pronto Esaú preguntó:
—¿Qué piensas hacer con todas esas manadas que he venido encontrando?
—Ganarme tu buena voluntad —respondió Jacob.
9 —No, hermano mío; yo tengo suficiente. Quédate con lo que es tuyo —dijo Esaú.
10 Pero Jacob insistió:
—No, por favor. Si me he ganado tu buena voluntad, acepta este regalo, pues verte en persona es como ver a Dios mismo, ya que tú me has recibido muy bien. 11 Te ruego que aceptes el regalo que te he traído, pues Dios me ha hecho rico, y nada me falta.
Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó el regalo; 12 pero dijo:
—Bueno, vámonos de aquí. Yo iré delante de ti.
13 Y Jacob respondió:
—Querido hermano, tú sabes que los niños son débiles, y que debo pensar en las ovejas y en las vacas con cría; si se les cansa, en un solo día pueden morir todas las ovejas. 14 Es mejor que tú te adelantes a este servidor tuyo; yo iré poco a poco, al paso de los animales que van delante de mí, y al paso de los niños, hasta reunirme contigo en Seír.
15 —Bueno —dijo Esaú—, permíteme dejarte algunos hombres de los que vienen conmigo.
Pero Jacob contestó:
—¡No, por favor! ¿Para qué te molestas?
16 Ese mismo día, Esaú regresó a Seír. 17 Jacob, en cambio, se fue a Sucot, y allí hizo una casa para él y unas enramadas para sus animales. Por eso, a aquel lugar lo llamó Sucot.
18 Cuando Jacob vino de Padán-aram, llegó sano y salvo a Canaán y acampó frente a la ciudad de Siquem. 19 Por cien monedas compró un terreno a los hijos de Hamor, el padre de Siquem, y allí puso su campamento. 20 Después construyó un altar, y lo llamó El-elohé-israel.
MARANATA
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