A Palavra Revelada
A
todos, um dia muito agradável e cheio do consolo e alento da parte do nosso
Deus os desejamos. Este é o Capitulo 47 do Livro de Gênesis e é como muitos já
o sabem, uma postagem especial que o Senhor nos tem permitido colocar neste
espaço, visto que é para o bem daqueles que desejam um melhor esclarecimento
sobre diversos temas que ao passo de meses e anos, veem sendo adulterados com
tantas atualizações Bíblicas, que, através das quais, o inimigo vem
aproveitando para tirar razão e a veracidade das verdades e desejos reais do
Senhor para o seu Povo. Há que ter em conta as pessoas e os meios usados para
tais trabalhos, há que ver baixo qual preceito e ordem estão realizando tantas
atualizações à Biblia.
Que a
Paz do Senhor os conforte todo o Tempo e que nunca esqueçáis de Orar e Vigiar
sempre em todo o momento. Nosso desejo é que esta versão da Biblia seja de
grande ajuda e esclarecimento a muitas questões e dúvidas de muitos.
Escrita
de forma simples ao alcance de todos, do mais erudito ao mais simples, todos
sereis capazes de a compreender, apesar de estar em uma língua de outra nação,
sabemos que já são muitos os que estudam hoje o Castellano (Espanhol).
Sim, é
que o principal tema de todos os textos estão explícitos, ou seja, claríssimos.
Temas
de conflitividades para os quais os novos Pastores não têm respostas, tudo está
mais claro nesta versão.
Vamos
ao texto Biblico?
Assim diz o Senhor:
-------------------------------------------------------------------------------------
La Biblia de Estudio
DIOS HABLA
HOY
Génesis - 47 48 49 50
------------------------------------------------
Génesis 47
Dios Habla Hoy (DHH)
47 José fue a darle la noticia al faraón. Le dijo que su padre y sus
hermanos habían llegado de Canaán, y que ya estaban en la región de Gosen con
sus ovejas y vacas y todo lo que tenían. 2 Escogió a cinco de sus hermanos y se
los presentó al faraón, para que los conociera. 3 Entonces el faraón preguntó a
los hermanos de José:
—¿A qué se dedican ustedes?
Y ellos le contestaron:
—Los servidores de Su Majestad somos pastores de ovejas, igual que nuestros
antepasados. 4 Hemos venido para quedarnos en este país, porque hay mucha
hambre en Canaán y no hay pasto para nuestras ovejas. Por favor, permita Su
Majestad que nos quedemos a vivir en la región de Gosen.
5 Entonces el faraón le dijo a José:
—Tu padre y tus hermanos han venido a reunirse contigo. 6 La tierra de
Egipto está a su disposición. Dales la región de Gosen, que es lo mejor del país,
para que se queden a vivir allí. Y si sabes que entre ellos hay hombres
capaces, ponlos a cargo de mi ganado.
7 José llevó también a su padre Jacob para presentárselo al faraón. Jacob
saludó con mucho respeto al faraón, 8 y el faraón le preguntó:
—¿Cuántos años tienes ya?
9 Y Jacob le contestó:
—Ya tengo ciento treinta años de ir de un lado a otro. Han sido pocos y
malos años, pues todavía no he alcanzado a vivir lo que vivieron mis
antepasados.
10 Después Jacob se despidió del faraón y salió de allí. 11 Y José les dio
terrenos en la mejor región de Egipto, para que vivieran allí, tal como el faraón
había ordenado. Así su padre y sus hermanos llegaron a tener terrenos en la
región de Ramsés. 12 Además, José les daba alimentos a todos sus familiares,
según las necesidades de cada familia.
Política agraria de José
13 En ninguna parte del país había trigo, y el hambre aumentaba más y más.
Tanto en Egipto como en Canaán la gente se moría de hambre. 14 José recogió
todo el dinero que los de Egipto y los de Canaán le habían pagado por el trigo
comprado, y lo guardó en el palacio del faraón. 15 Cuando ya no había dinero ni
en Egipto ni en Canaán, los egipcios fueron a decirle a José:
—¡Denos usted de comer! No es justo que nos deje morir de hambre, sólo
porque ya no tenemos dinero.
16 Y José les contestó:
—Si ya no tienen dinero, traigan sus animales y se los cambiaré por trigo.
17 Los egipcios llevaron sus caballos, ovejas, vacas y asnos a José, y a
cambio de ellos José les dio trigo durante todo ese año. 18 Pero pasó el año, y
al año siguiente fueron a decirle a José:
—No podemos negarle a usted que ya no tenemos dinero; además, nuestros
animales ya son suyos. Ya no tenemos otra cosa que darle, a no ser nuestras
tierras y nuestros propios cuerpos. 19 Cómprenos usted a nosotros y a nuestras
tierras, a cambio de trigo. Seremos esclavos del faraón y trabajaremos nuestras
tierras para él, con tal de que usted nos dé semilla para que podamos vivir y
para que la tierra no se eche a perder. ¿Por qué tiene usted que dejarnos
morir, junto con nuestras tierras?
20 Entonces José compró todas las tierras de Egipto para el faraón, pues
los egipcios vendieron sus terrenos, obligados por el hambre. Así la tierra pasó
a poder del faraón, 21 y los egipcios fueron hechos esclavos en todo el país de
Egipto. 22 Los únicos terrenos que José no compró fueron los de los sacerdotes,
porque el faraón les daba cierta cantidad de trigo; así que no tuvieron que
vender sus terrenos, porque comían de lo que el faraón les daba.
23 Luego José dijo a la gente:
—Ahora ustedes y sus terrenos son del faraón, pues yo los he comprado para él.
Aquí tienen semilla para sembrar la tierra, 24 pero deberán darle al faraón la
quinta parte de las cosechas; las otras cuatro partes serán para que siembren
la tierra y para que coman ustedes, sus hijos y todos los que viven con
ustedes.
25 Y ellos contestaron:
—Usted es muy bondadoso con nosotros, pues nos ha salvado la vida. ¡Seremos
esclavos del faraón!
26 Así José puso por ley que en toda la tierra de Egipto se diera al faraón
la quinta parte de las cosechas. Esta ley todavía existe; pero los sacerdotes
no tienen que pagar nada, porque sus tierras nunca llegaron a ser del faraón.
La última voluntad de Jacob
27 Los israelitas se quedaron a vivir en Egipto. Tomaron posesión de la
región de Gosen, y allí llegaron a ser muy numerosos. 28 Jacob vivió diecisiete
años en Egipto, y llegó a la edad de ciento cuarenta y siete años.
29 Un día Israel sintió que ya pronto iba a morir. Entonces mandó llamar a
su hijo José para decirle:
—Si de veras quieres hacerme un favor, pon tu mano debajo de mi muslo y júrame
que harás lo que te voy a pedir. ¡Por favor, no me entierres en Egipto! 30
Cuando yo vaya a descansar junto con mis antepasados, sácame de Egipto y entiérrame
en el sepulcro de ellos.
—Así lo haré —contestó José.
31 —¡Júramelo! —insistió su padre.
José se lo juró, y entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de su cama.
-------------------------------------------
1996 by United Bible Societies
MARANATA
Sem comentários:
Enviar um comentário